En esta última década, no solo hemos construido productos; hemos construido un legado. Hemos superado desafíos, celebrado avances y crecido de un puñado de soñadores hasta el equipo potente que somos hoy. Estos diez años son un testimonio del talento, la resiliencia y el puro trabajo duro que hay en esta sala.
Los premios que hemos recibido representan más que solo cristal y metal. Son un símbolo de nuestros valores fundamentales. Representan la innovación que nos quitó el aliento, la dedicación que fue más allá del deber, y la colaboración que convirtió grandes ideas en realidad.
Son para el consultor que arregló el error imposible a las 2 de la mañana. Para el diseñador que creó una interfaz que parece magia. Para el héroe de soporte que convirtió a un cliente frustrado en nuestro mayor fan. Para nuestro equipo que se unió para lanzar lo imposible.